viernes, 29 de julio de 2011

ALEJANDRO MAGNO Y ABDALONIMO REY DE SIDON.

Hoy voy a contaros dos historias cuyo protagonista es el general más importante e impresionante de la Historia conocida de la humanidad, el más heroico de todos los grandes conquistadores, superior al mítico Aquiles, que ha inspirado a los grandes generales conquistadores de todos los tiempos, desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte:

Alejandro III de Macedonia, el Magno, hijo de Filipo II de Macedonia y de Olimpia reina de Epiro, nacido en Pella (Macedonia) el 20 de Julio del 356 a.C y muerto en Babilonia el 13 de Junio del año 323 a.C de muerte natural (una pancreatitis aguda), aunque su cuerpo, según sus embalsamadores, presentaba un centenar de cicatrices, no había más de cuatro dedos del mismo sin una cicatriz por heridas en el campo de batalla. En todas sus batallas él iba delante de sus soldados, a lomos de Bucéfalo, entraba y salía de las líneas de combate con una valentía y temeridad increíbles. Dos veces estuvo al borde de la muerte por las heridas recibidas. Desde muy pequeño su padre encargó su educación física a Leónidas y como profesor de letras le puso a Lisímaco, al que Alejandro tuvo siempre mucho cariño. Desde los 13 y hasta los 16 años fue puesto bajo la tutela del gran Aristóteles que lo instruyó en política, elocuencia e historia, leyó con avidez a Homero, Heródoto y a Píndaro. Con 16 años (en 340 a.C) su padre le nombró regente y entró ya en combate repeliendo una insurrección armada. Con 18 años ( en 338 a.C) dirigió como general la caballería macedónica en la Batalla de Queronea siendo nombrado Gobernador de Tracia. Con 20 años, ya muerto su padre Filipo II, sometió a todas las polis griegas, destruyó Tebas y sometió a Atenas haciéndose nombrar “Hegemón” de toda Grecia. Cruzó el Helesponto para someter al Imperio Persa con un ejército de unos 28.000 soldados. En los trece años que le quedaban de vida conquistó un imperio que se extendía desde el Mediterráneo y norte de Africa hasta la India. Las características más destacadas de su personalidad eran: activo, inteligente, enérgico, sensible y muy ambicioso. Cuando conquistaba una ciudad o territorio, destituía, y a menudo hacía ejecutar, al sátrapa que la gobernaba, a continuación buscaba y nombraba un nuevo sátrapa o rey de entre las clases más elevadas y preparadas de ese territorio, que no hubieran estado en connivencia con el poderoso ya vencido, a su lado dejaba como general o gobernador a uno de sus oficiales, con 50 ó 100 de sus soldados más mayores (los soldados del ejército vencido y hechos prisioneros, si eran válidos, pasaban a formar parte del ejército de Alejandro). Asimismo dejaba dos o tres personas de su confianza, previamente preparados e instruidos, que eran los encargados de llevar las cuentas y recaudación de impuestos del nuevo reino (siempre los nuevos impuestos eran muy inferiores a los que cobraba el antiguo rey o sátrapa, con lo que se ganaba la fidelidad de la plebe). Vamos a contar quien fue Abdalónimo.

Abdalónimo, Rey de Sidón.

En la Batalla de Issos, ( año 333 a.C) Alejandro con un ejército de unos 40.000 soldados en total, derrotó al ejercito persa de Darío III compuesto por unos 100-120.000 soldados en total. Darío III cuando vio perdida la batalla, abandonó su carro de combate y sus pertrechos y huyó del campo de batalla a lomos de su caballo. Ésta no fue la derrota definitiva de Darío III, ésta se produjo en la Batalla de Gaugamela (1 de Octubre del 331 a.C), la más importante y famosa de las que peleó Alejandro Magno, donde con un ejército de entre 47-50.000 soldados venció a Darío III con un ejército de mas de 200.000 soldados. La forma y disposición del ejército de Alejandro y las maniobras de despliegue del mismo han sido aprendidas y utilizadas por todos los grandes generales de la historia como Aníbal, Publio Cornelio Escipión “El Africano”, Julio César, Belisario, González de Córdoba “El Gran Capitán”, Napoleón etc. Hoy en día se sigue enseñando en todas las academias militares. A lo que íbamos, después de la Batalla de Issos, Alejandro entra en Sidón, encarga a su general y amigo Hefestión que busque entre los nobles de la ciudad a una persona recta a la que confiar el trono de Sidón. Al cabo de una semana Hefestión había indagado y hablado con muchas personas pero ninguna le satisfacía. Después de reunirse con Alejandro y explicarle todo lo investigado por él entre los nobles, llegan a la conclusión de que hay que buscar a una persona que sobretodo sea recta, trabajadora y leal, no hace falta que sea noble. A los pocos días Hefestión paseaba por la ciudad acompañado por traductores y por su guardia personal, vio una mansión rodeada de una alta valla, por encima de la cual asomaban todo tipo de árboles frutales, aquel arbolado verde y frondoso en medio de un territorio árido como era aquel le llamó poderosamente la atención. Se acercó a la puerta y entró, era un sitio maravilloso, con todo tipo de flores, plantas, árboles de toda especie, la mansión presentaba externamente un aspecto inmejorable, había un sólo hombre, se les acercó, Hefestión por medio de su traductor le preguntó: ¿Dónde está el dueño? Quiero hablar con él. El hombre le contestó que su señor había partido hacía mas de dos años a la guerra contra los persas, no sabía nada de él desde su partida, no sabía si iba a volver ni cuando, sin embargo, sin recibir dinero alguno, seguía custodiando y cultivando su jardín para que lo encontrase impecable cuando volviese. Él era el jardinero, se llamaba Abdalónimo. Hefestión sonrió, sabía que su búsqueda había terminado.
Reunido esa misma tarde con Alejandro, llegaron a la conclusión de que ese jardinero, que con tanta honestidad y fidelidad había cumplido con su deber, sabría dirigir la ciudad del mismo modo como había cuidado el jardín. Al día siguiente Alejandro Magno, en una bonita ceremonia, proclamó a Abdalónimo Rey de Sidón. Al principio hubo sus suspicacias entre los nobles de Sidón pero pronto se mostró como un gran rey, fue querido por todo su pueblo, quizás ha sido el mejor rey de Sidón, pasó a la historia como Abdalónimo el Rey Jardinero, y fue fiel a Alejandro hasta su muerte. Espero que os haya gustado ésta historia del rey jardinero. A leer mucha historia, todos.


8 comentarios:

  1. En realidad, segun el libro alexandros de valerio massimo manfredi. La historia de Abdalonimos se trataba que cuando Hefestión llegó al jardín, el intérprete le contaba que cuando, años anteriores, Persia invadió Sidón, los persas querían quemar ese jardín y Abdalonimos se puso enfrente a ellos y dijo que iban a quemarlos sobre su cadaver. Y ahí Hefestión supo quien iba a ser el rey de Sidón.

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    1. Eso mismo estaba pensandom en el libro de Valerio Massimo Manfredi Hefestion le contesta al traductor que lo acompañaba: imaginate si defendio un jardin que no era suyo, como va a defender a su gente?

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  2. Alejandro buscaba honestidad y fidelidad, eran las cualidades que debía reunir la persona en la que iba a depositar el reino recién conquistado, no se fiaba de los nobles de Sidón. Gracias por leerme.

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  3. hola te escribo desde Colombia, y quiero felicitarte por tus escritos de historia, excelente encontrar personas con esa pasión.

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  4. Interesante, por saber si la historia de Abdalomino es real, encontre esto:
    https://it.wikipedia.org/wiki/Abdalonimo

    lo que me parecio interesante es saber que Quinto Curzio Rufo historiador que escribio sobre Aljeandro

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  5. Interesante..siempre fui un gran admirador de Alejandro ...

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